¿Y ahora qué hago?
Del Manual para el corazón partido, autor Henry López J.

Cuando el corazón esta en sufrimiento, se debe usar la razón e intentar encontrar las verdaderas motivaciones de nuestra conducta. La estrategia consiste en reconocer que el dolor es producto del apego, lo cual es insano, en tanto que esa condición pegajosa provoca una falsa ilusión que genera otros problemas. Lo anterior no niega que existan verdaderos amores entre hombre y mujer; pero hay que apartarlos de la perspectiva de Romeo y Julieta, la cual fomenta las fantasías románticas basadas en posesión, deseo, pasión y egoísmo.
1. Reconocer el hecho evidente: Esto implica conectarse con la parte racional de la mente y entender que algo importante y doloroso ha ocurrido en nuestra vida. La respuesta más usual de los centros emocionales es crearnos una negación; por lo tanto, la respuesta más saludable es validar con otras personas cercanas (y confiables) lo ocurrido.
2. Reconocer el miedo personal a las consecuencias: Esto significa hacer una contabilidad personal de las consecuencias que la ruptura tiene para nuestra vida. Algunas de estas pueden ser; enfrentar la soledad, temor a no encontrar a nadie igual, temor al “que dirán”, los planes se derrumban, comenzar de nuevo, y la abstinencia sexual.
3. Evitar el pensamiento catastrófico: Esto es no sacar de proporción el evento. Aunque sintamos que nuestro mundo acaba, esto no es cierto. La vida y el mundo continúa, únicamente nos lentificamos en el tiempo cronológico y emocional. Es normal entrar en crisis emocional; por tanto, el evento va a afectar irremediablemente por un tiempo diferentes áreas de nuestra vida.
4. Tiempo de analizar: En medio del caos personal, es necesario encontrar a alguien cercano y confiable que nos ayude a validar nuestros sentimientos y pensamientos. Esto no implica saturar al que escucha de quejas sobre la pareja. En vez de eso, escuchar otras opiniones y ser receptivo a ellas, tratando de esta manera de encontrar coherencia en la situación.
5. No utilizar la visión de túnel: Se debe tener extremo cuidado con esta respuesta conductual. En situaciones de crisis, la mente tiende a
“catastrofear”, sumiéndose en pensamientos de túnel que no dejan ver alternativas, ni le dan espacio a la mente para evaluar la situación real.
6. No recurrir a la victimización: El pobre de mí, es el pensamiento preferido del desdeñado sentimental. Esto viene acompañado de representaciones conductuales de “depresión”. La teatralidad va a depender de la personalidad del individuo.
7. Usar el enfoque racional emotivo: Este enfoque nos dice que ante esos eventos debemos entender que: La vida no es justa, no siempre obtenemos lo que queremos y deseamos, somos seres egoístas por naturaleza, cada persona es diferente, no somos dueños de nadie, la felicidad se vive en fragmentos y no es un estado continuo.
8. Entender que las parejas son cambiantes: Significa que las relaciones de pareja evolucionan por fases determinadas por la evolución y crecimiento individual de los miembros. No se puede esperar que el otro se comporte siempre como al principio. La verdad es que cambiamos de acuerdo a las experiencias, y esto es un hecho inevitable. Por tanto, muchas veces las parejas jóvenes terminan porque los intereses individuales no concuerdan.
9. Asimilar el proceso de duelo: Si hay ruptura de la pareja, va aparecer el dolor y el sufrimiento. Si no hay solución, mientras más se resista al hecho, más sufrimiento habrá. Si se da la aceptación, el sufrimiento disminuirá y la persona podrá seguir su vida a traspié, en tanto recupera su ritmo normal; y así el ciclo comienza de nuevo.